Mi historia de Amor

MI HISTORIA DE AMOR?
COMO EMPEZÓ TODO?

Fíjate pues!  Tantas veces he contado mi historia de amor, de cómo y cuándo y por qué vine desde lejos, Lima – Perú, a vivir mi vida aquí, a Zagreb que, claro, me la sé de memoria… y ahora delante de este papel estoy como estancada! No sabría por dónde empezar. Lo lógico sería empezar desde el comienzo. Pero ¿cuál es el comienzo?  Evidentemente el lugar de mi nacimiento.  ¡Ya está!

Nací en Lima, como me gusta decir más precisamente en Lince, en el Hogar de la Madre. Aunque hace poco me corrigieron pues el Hogar de la Madre está en Miraflores, dicen.  En mi partida de nacimiento dice Lince, y listo.  En 1964, medio año antes de cumplir los 18, vine por primera vez a Zagreb.  Mi madre había muerto en Lima y como los abuelos maternos vivían todavía aquí vine a acompañarlos en el entierro.

Como empezó todo-La bonita Medveja, Croacia
La bonita Medveja, Croacia

Las vacaciones las pasábamos genial paseando por Croacia

Luego todos los años veníamos mi hermana y yo desde Inglaterra o Suiza donde estudiábamos a visitar su tumba y a los abuelos.  Muchas veces la pasábamos genial paseando por Croacia durante las vacaciones.  En uno de esos viajes, (hablo ya del ‘68) llevando a nuestra abuelita materna y a su mejor amiga, la “tía” Diza a Rovinj, un balneario muy bonito y hoy en día afamado destino turístico, paramos en Medveja, otro balneario bonito pero conocido entonces sólo por los locales, para “ver” lo que había logrado hacer esta arquitecta, amiga de su hija, como decía la tía Diza.  Se dio la coincidencia de que en esta casa de playa se hallaba su joven hijo (¡vestido de militar!) y mi mirada se me escapada hacia él sin poder evitarlo.  Era alto, rubio, bien plantado y buenmozo… (hay gente que diría “de gustibus” — hay para todos los gustos).

Cuatro años más tarde, fui a Rovinj nuevamente, esta vez con mi padre por el cumpleaños de la hija de la tía Diza y me dijeron que un tal Ivitza había estado preguntando por mí.  ¿Quién? Yo me había olvidado por completo de aquel apuesto militar.

Mi hermana y yo bañando nos en Medveja, Croacia
Mi hermana y yo bañando nos en Medveja, Croacia

Como en esos entonces el tiempo meteorológico tenía más regularidad que ahora, a finales de Agosto se daban a veces un par de días lluviosos.  En uno de ellos aprovechó mi padre para llevarnos a Rijeka, más exactamente a Trsat, el cementerio donde la familia tiene un mausoleo.  Tenía que ver si todo estaba en regla pues mi abuelita paterna rodeaba los 90 años de edad y andaba algo frágil de salud.  Pasando por Medveja, paramos a saludar a la arquitecta que sería mi suegra. Quedaron en una parrillada a la vuelta y allí empezó todo.

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